martes, 18 de octubre de 2011

Me rendí y con esa rendición algo bueno debe llegar, algo tiene que llegar. No me rindo por nada y sin nada a cambio. Merezco mi recompensa por haber luchado por tanto tiempo. Cosas buenas deben, digo tienen que esperar por mi, lo aseguro.
De otra manera considero a mi vida y por primera vez, aburrida y felizmente alegre, al fin y al cabo conseguí grandes cosas, visité lugares, soñé, miré y dormí de más. No me siento culpable de nada, no hay nada de remordimiento, todo va bien. Y considerando que solo falta pasar el miedo al miedo puedo morir feliz. Además pensar que no se puede superar al miedo, siento que hoy por fin las cosas salen a mi gusto y a mi parecer, espero no terminar el día pensando diferente.
Me creo hoy capaz de terminar una guerra en paz y de seguir mis expectativas hasta que todo salga de la manera que planeo. Y no hay duda alguna de que esto fue gracias a alguien, y por eso mi orgullo, si esto lo cree yo y no tengo a nadie más que agradecer que a mi misma, por nunca decir adios, mantener aquellas cosas que valen la pena y deshechar aquellas que destruyen hasta a el ser más digno de vivir.
Hoy, y después de años de infancia inocente sin conocer los peores miedos del mundo, me siento yo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario